¿Matrimonios o Matricidios?
Tal parece que la meta o misión de la mayoría de las mujeres es el de conseguir un hombre con quien casarse y tener hijos. Sobre todo cuando el reloj biológico les empieza a apurar y cuando llegan a los 30’s, se empiezan a desesperar en la búsqueda de un hombre para no “quedarse”. Como si el ser soltera fuera una enfermedad y el matrimonio fuera la cura. He podido ver cómo las mujeres de mi generación se van casando, teniendo hijos y lo muestran a la sociedad como si se hubieran ganado un trofeo y necesitaran ser aceptadas en la sociedad como mujeres normales que han cumplido su meta en la vida de ser esposas y madres. Pero si analizamos a fondo sus matrimonios, nos damos cuenta que son: o una farsa o un completo desastre.
Un ejemplo de una farsa de matrimonio: cuando la mujer se casa con un hombre rico o con buena estabilidad económica para que éste la mantenga o le dé una vida cómoda y de lujos. Claro, ellas muestran a la sociedad que aman a sus esposos, pero seguramente se enamoraron primero de sus billeteras y sus cuentas de banco. Me causa gracia cuando hablo con mis amigas solteras con los hombres que empiezan a salir. Cuando les pregunto: "y como te fue en la cita con Fulano?" Me responden algo así: "fabuloso! es súper atractivo, tiene un Ferrari del año y me invito a comer a este restaurante lujoso 5 estrellas, imagínate que es dueño de X compañía, y me dijo que quería que lo acompañara de viaje por Europa!". No les importa cómo es el hombre en su carácter, ni la compatibilidad emocional e intelectual que tengan con ellos, sino el status social y el nivel de vida que tendrían con ellos a nivel material. Incluso no tiene que ser muy adinerado. Por ejemplo, las mujeres que son madres solteras de clase media, se contentan en conseguir un hombre que se haga un sueldo decente para que pague los gastos de la casa y la de sus hijos. Definitivamente esta es la forma de prostitución legal y más aceptada socialmente. Una cosa es que vendas tu cuerpo por una hora de frente, sin mascaras ni mentiras, pero, ¿vender por años tu cuerpo, fingiendo amor y teniéndole hijos a esa persona para asegurar tu estabilidad? ¿Les parece esto una relación sana y honesta?
Ahora, no podemos olvidar la clase de mujeres que sacrifican su propia esencia y personalidad para convertirse en lo que a su hombre le gustaría que fueran. Son aquellas que son capaces de sacrificar sus intereses, hobbies y actividades porque no son los mismos intereses de sus parejas o simplemente porque a sus parejas no les gusta dichos hobbies en lo absoluto. Son aquellas que son capaces de eliminar amigos de sus vidas porque sus parejas no los aprueban. Son mujeres "camaleonas" que se convierten en lo que el hombre quiere que ellas sean. Son capaces de cambiar su apariencia, su forma de vestir, su comportamiento e incluso su forma de pensar y creencias con tal de encajar en la mujer ideal para el hombre de sus sueños. Las que jamás en su vida les ha gustado el fútbol y luego se vuelven fanáticas del equipo de su amado. Las que siempre han sido católicas pero se convierten al cristianismo o testigos de Jehová porque es la religión de su amado. En fin, ya entendieron la idea. Mujeres con baja autoestima, sin dignidad y sin respeto hacia ellas mismas. Este tipo de relaciones son simplemente una farsa, ya que el hombre que le gusta estar con una mujer así, es porque tiene un problema grave de egocentrismo y necesita este tipo de mujer para que le eleven su ego constantemente.
Y que tal este caso: cuando la mujer no se enamora del hombre por lo que realmente es, sino por lo que ella cree que es o por lo que ella espera que sea o se convierta algún día. “Yo sé que en el fondo es un hombre trabajador”, “yo sé que él va a cambiar, es solo darle un poco tiempo”. Una forma de enamorarse del potencial de un hombre es teniendo una misión de rescate emocional. No se enamoran de una persona sino de un proyecto. Tarde o temprano se verá la relación más como una relación entre terapista y paciente. Otro tipo de relación que me parece una bomba de tiempo.
La verdad de todo esto es que mucha gente entra en relaciones no porque encuentran a la persona indicada, sino porque es una excusa para evitar enfrentarse a su propia vida. Cuando se está en una relación, se dedica menos tiempo a los propios intereses y sueños. Muchas personas necesitan relaciones porque se sienten aburridos estando solos. Este tipo de personas nunca podrán tener relaciones que funcionen realmente porque no están enamoradas de la persona, sino de la distracción. Otras personas entran en relaciones porque no han madurado, porque necesitan a una pareja que haga el papel de mamá o papá. Personas usan las relaciones como una forma de evitar madurar y no tomar responsabilidad de su propia vida. Se casan es para llenar vacios, para sentirse completos con alguien. Y la verdad, es que nadie debería ser el “salvador emocional” de nadie. Si te sientes solo antes de estar en una relación, te sentirás igual solo cuando estés en una relación. Pretender que alguien llegue y llene nuestros vacíos que nosotros mismos deberíamos de llenar, es simplemente el camino al fracaso emocional y conyugal. Y muchos por sentimiento de culpa o lástima, mantienen en una relación más de lo que deberían por miedo de lastimar a la pareja si se van.
A la hora del amor, muchas personas entran en un lapso de total ilusión, desilusión y fantasía. Muchas veces pensamos que estamos enamorados de alguien, cuando en realidad estamos enamorados es del amor. No podemos dejarnos confundir entre amor y lujuria, amor y necesidad, amor e inseguridad, amor y estabilidad económica, amor y soledad. Tener compromiso con alguien significa sobrevivir a la pérdida de las fantasías mientras se lucha día a día las realidades de la vida con otra persona que no tiene las mismas necesidades que uno, ni los mismos sueños y deseos que uno, ni los mismos temores, ni la misma actitud, ni tiene el mismo termostato interno, ni tiene el mismo horario de sueño que uno.
Una relación no es una posesión, es un proceso. Estar en una relación toma tiempo y dedicación. Una relación puede enfrentarte a tus temores, tus debilidades, tus egoísmos, tus inseguridades, tus limitaciones. Pueden ser tu fuente de dolor o puede ser tu mejor profesor. Lo ideal es uno vivir la vida de la forma que uno quiere, la persona que uno ama que viva su vida de la forma que quiera y compartir juntos ambas vidas de esa manera.
Etiquetas: amor, matrimonio, pareja, relaciones